A
mis amigos y amigas, priístas y no priístas, que me alentaron a representar a
Coahuila en el Congreso de la Unión a partir de 2018.
Hace
algunos meses expresé mi deseo de representar a mi Estado en la próxima
legislatura federal. Durante semanas busqué la nominación por el partido bajo
cuyas siglas pude representar a Coahuila como Diputado Federal, Senador y
posteriormente como Gobernador, el PRI.
Hace
18 años terminó mi responsabilidad como Gobernador. Ustedes conocen lo que
juntos logramos en aquellos años, muchas obras y acciones perduran dando
servicio a las y los coahuilenses: el Museo del Desierto, el puente
internacional de Piedras Negras, diversas carreteras y autopistas, las más de
300 empresas y los miles de empleos que llegaron a todas las regiones de
nuestro Estado; las universidades, los tecnológicos, los CECYTEC, los
hospitales. En general se elevó el nivel de vida de la población y se
fortalecieron las instituciones en un ambiente de libertad y seguridad.
Otras
acciones se han perdido, como la salud de las finanzas estatales, la eficacia
de la policía y de la procuraduría estatal, los bajos índices de impunidad de
entonces, la intensa colaboración con las organizaciones sociales, la cuidadosa
planeación de la acción pública, la difusión periódica de las cuentas auditadas
del Estado.
Más
que político profesional, soy un ciudadano común que participé en política, con
el propósito de contribuir a construir la grandeza de Coahuila. Así entiendo la
política, trabajar para articular voluntades con el propósito de lograr
objetivos que beneficien a los más; así entiendo el servicio público, mi
vocación de vida.
Me
animó volver a la lucha electoral la situación que observo en nuestro estado y
en México. En mi relación con diversos grupos, en razón de mi actividad
profesional y social, en multitud de foros he escuchado las expresiones de
malestar de ciudadanos y ciudadanas, de todas las edades, inconformes con el
estado de cosas, preocupados por la pérdida de ética en la política, por el
deterioro de diversas instituciones y, de manera destacada, por la corrupción y
la impunidad.
La
dirigencia del PRI optó por otras personas para representarnos en el Congreso
de la Unión, ante ello decidí no presentarme al registro de precandidatos.
Espero que la elección de julio muestre lo acertado de su decisión. Yo no
buscaré otra organización política para volver al Congreso, ni promoveré la desunión.
Sí,
buscaré otras formas de servir al propósito que me anima: recuperar la grandeza
de las instituciones de Coahuila para que estén a la altura de la grandeza de
las y los coahuilenses.
Hay
hechos graves que nos han dañado, en especial la deuda estatal no
suficientemente aclarada; el deterioro de instituciones como las de salud y las
relacionadas con la seguridad y con el combate a la impunidad.
Mantengo
la esperanza de que nuestras instituciones recuperen su capacidad de combatir
la impunidad, que es la forma más eficaz de abatir la corrupción. Este es el reclamo de los coahuilenses y de
los mexicanos que debemos con urgencia atender.
Tengo
la esperanza de que el PRI recupere el sentido ético de la política, su
capacidad de autocrítica, la capacidad de indignación y de lucha por recuperar
la fortaleza de las instituciones y así recuperar la confianza de la mayoría de
la ciudadanía.
Yo
seguiré en esta lucha por la grandeza de Coahuila y de México como un ciudadano
más.
Rogelio
Montemayor Seguy
rogeliomontemayorseguy@gmail.com
Enero
2018
TOMADO DE SU CUENTA DE FACEBOOK:
https://www.facebook.com/rogelio.seguy/posts/10159832772450403
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