miércoles, 31 de enero de 2018

Hay hechos graves que nos han dañado, en especial la deuda estatal no suficientemente aclarada


A mis amigos y amigas, priístas y no priístas, que me alentaron a representar a Coahuila en el Congreso de la Unión a partir de 2018.

Hace algunos meses expresé mi deseo de representar a mi Estado en la próxima legislatura federal. Durante semanas busqué la nominación por el partido bajo cuyas siglas pude representar a Coahuila como Diputado Federal, Senador y posteriormente como Gobernador, el PRI.

Hace 18 años terminó mi responsabilidad como Gobernador. Ustedes conocen lo que juntos logramos en aquellos años, muchas obras y acciones perduran dando servicio a las y los coahuilenses: el Museo del Desierto, el puente internacional de Piedras Negras, diversas carreteras y autopistas, las más de 300 empresas y los miles de empleos que llegaron a todas las regiones de nuestro Estado; las universidades, los tecnológicos, los CECYTEC, los hospitales. En general se elevó el nivel de vida de la población y se fortalecieron las instituciones en un ambiente de libertad y seguridad.

Otras acciones se han perdido, como la salud de las finanzas estatales, la eficacia de la policía y de la procuraduría estatal, los bajos índices de impunidad de entonces, la intensa colaboración con las organizaciones sociales, la cuidadosa planeación de la acción pública, la difusión periódica de las cuentas auditadas del Estado.

Más que político profesional, soy un ciudadano común que participé en política, con el propósito de contribuir a construir la grandeza de Coahuila. Así entiendo la política, trabajar para articular voluntades con el propósito de lograr objetivos que beneficien a los más; así entiendo el servicio público, mi vocación de vida.

Me animó volver a la lucha electoral la situación que observo en nuestro estado y en México. En mi relación con diversos grupos, en razón de mi actividad profesional y social, en multitud de foros he escuchado las expresiones de malestar de ciudadanos y ciudadanas, de todas las edades, inconformes con el estado de cosas, preocupados por la pérdida de ética en la política, por el deterioro de diversas instituciones y, de manera destacada, por la corrupción y la impunidad.

La dirigencia del PRI optó por otras personas para representarnos en el Congreso de la Unión, ante ello decidí no presentarme al registro de precandidatos. Espero que la elección de julio muestre lo acertado de su decisión. Yo no buscaré otra organización política para volver al Congreso, ni promoveré la desunión.

Sí, buscaré otras formas de servir al propósito que me anima: recuperar la grandeza de las instituciones de Coahuila para que estén a la altura de la grandeza de las y los coahuilenses.

Hay hechos graves que nos han dañado, en especial la deuda estatal no suficientemente aclarada; el deterioro de instituciones como las de salud y las relacionadas con la seguridad y con el combate a la impunidad.

Mantengo la esperanza de que nuestras instituciones recuperen su capacidad de combatir la impunidad, que es la forma más eficaz de abatir la corrupción.  Este es el reclamo de los coahuilenses y de los mexicanos que debemos con urgencia atender.

Tengo la esperanza de que el PRI recupere el sentido ético de la política, su capacidad de autocrítica, la capacidad de indignación y de lucha por recuperar la fortaleza de las instituciones y así recuperar la confianza de la mayoría de la ciudadanía.

Yo seguiré en esta lucha por la grandeza de Coahuila y de México como un ciudadano más.


Rogelio Montemayor Seguy
rogeliomontemayorseguy@gmail.com

Enero 2018

TOMADO DE SU CUENTA DE FACEBOOK:

https://www.facebook.com/rogelio.seguy/posts/10159832772450403


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