Saltillo, Coahuila. A 30 de Julio
del 2020.- El Grupo Parlamentario de Unidad
Democrática de Coahuila (GPUDC) recordó el 100 aniversario de la rendición a
las armas del General de la División del Norte, José Doroteo Arango Arámbula
reconocido también como Francisco Villa en el municipio de Sabinas, Coahuila y
el cimiento de la pacificación del País en la post revolución.
La
diputada sabinense, Zulmma Verenice Guerrero Cázares destacó la importancia de
recordar actos históricos que dan identidad y nutren a la sociedad presente y
gracias a ella los municipios y ciudades de Coahuila reflejan matices de las
capacidades de nuestros fundadores y de liderazgos que directa o indirectamente
hicieron crecer nuestras comunidades.
“Sirva
nuestra historia nacional y local, sus historiadores en especial a los amigos
de Coahuila y Sabinas, la valoración del relato reflexivo, de la reconstrucción
de momentos que dieron origen a la pacificación de nuestro país, la voluntad
ciudadana de seguir progresando a través del diálogo y la unidad”, destacó.
A
través de un pronunciamiento en la Diputación Permanente la legisladora recordó
el paso que tuvo Francisco Villa del 27 al 29 de julio en 1920 donde firmó los
acuerdos de paz o su retiro a de las armas luego de una álgida actividad
revolucionaria.
Destacó
que Francisco Villa fue un personaje mítico en la historia de México con
aliados y enemigos en su paso guerrillero y revolucionario y eligió el
municipio de Sabinas para anunciar su retirada de las armas.
Recordó
que corría el 27 de julio de 1920 al filo de la cuatro de la tarde llegó un
tren militar con 75 hombres, lidereado por el General de División, Eugenio
Martínez quien fue recibido por el General de División del Norte, Francisco
Villa.
Fue
en Sabinas donde se tomó esa fotografía histórica en la vieja estación de
ferrocarril, ese encuentro fue el preámbulo de un acuerdo ante el mando del
nuevo gobierno del General Adolfo Huerta como presidente interino quien buscaba
la pacificación del país después del triunfo del plan de agua prieta.
“En
ese momento inició una larga y extenuante negociación que duro hasta la
madrugada del día siguiente, en esas horas se definió el que llaman Tratado o
acuerdos de Sabinas o los acuerdos de Paz”, dijo.
Guerrero
Cázares destacó que el acuerdo fue breve pero conciso: El General Francisco
Villa deponía las armas, se retiraba a la hacienda de Canutillo en su natal
Durango, se le otorgaron 50 hombres de escoltas que dependieron de la
Secretaría de Guerra y Marina y tanto a sus tropas que fungían con actividades
o comisiones dentro del Ejercito de Villa el gobierno se vio obligado a
otorgarles un año de “haberes” y se le otorgó tierra y propiedad a los
interesados para que se dediquen a trabajar y si quienes desearon continuar con
las armas.
“Y
aunque el General Francisco Villa estuvo solo algunos días en Sabinas quedaron
en el anecdotario cotidiano su movilización para el encuentro, la participación
del comercio, los seguidores y empresarios. En los anales de la historia quedó
aquella atención que ofreció el Presidente Municipal de Sabinas, José María
Treviño y las fuerzas vivas, la comida que propinó el empresario Martín Canales
y el rechazo gentil y cauteloso del General Francisco Villa que le brindaba el
gobierno para que regresara a su tierra, prefirió hacerlo cabalgando”, expuso.
Estas
anécdotas y acontecimientos históricos son los que dan realce a lo que hoy es
Sabinas, municipio de gente trabajadora, de lucha, de migrantes, de solidaridad
y unidad.
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