viernes, 29 de julio de 2016

96 AÑOS DE LA LLEGADA DE PANCHO VILLA A SABINAS


Sabinas, Coahuila. A 29 de julio de 2016.-Los sabinenses no han dado la importancia que tuvo el hecho de que fuera aquí donde finalizó la Revolución Mexicana que entregó casi dos millones de vidas y que legó la constitución que celebrará su centenario el próximo año, confirmó el historiador Ramiro Flores Morales durante el aniversario 96 de la llegada de Francisco Villa a Sabinas el 26 de Julio de 1920 para firmar los acuerdos de paz con el gobierno federal.


El también presidente del patronato de la Casa de la Cultura comentó que a este hecho en la historia de Sabinas, no se le da la debida importancia, citando el ejemplo de Parral, Chihuahua, donde las autoridades dedican una semana a la conmemoración del asesinato del Centauro del Norte que fue un 20 de julio de 1923, con actividades deportivas, culturales y artísticas que además, generan movimiento en su economía al no encontrar una solo cuarto de hotel vacía en la ciudad.

“Realmente en Sabinas no le hemos dado la importancia que tiene el hecho de que fuera aquí donde Francisco Villa entregara las armas, marcando esto como el punto final de la Revolución Mexicana. Hoy debemos de saber que el actual presente tuvo su razón en el pasado, por ello es importante el saber la historia, comprenderla, estudiarla, por lo que los sabinenses lo deberíamos de estar celebrando con otro tipo de acciones más alegres” dijo.

En este sentido, el historiador lamentó que también en la historia oficial del país, no se otorgue la importancia que tuvo este hecho, ya que a diferencia de los libros de historiadores oficiales y otros autores, en la hemerotecas de periódicos que circulaban en aquellos días, se pude encontrar amplia información sobre los detalles de la travesía que realizó desde la frontera Chihuahuense, pasando por la sierra madre y llegando a esta ciudad con 400 hombres para tomar la ciudad de manera estratégica y finalmente firmar la paz, por lo cual a Sabinas se le considera precisamente como la “Cuna de la Paz”.

Flores Morales destacó que en los periódicos de la época nacionales e internacionales  se destacó en las primeras planas entre otros titulares: “Villa en Sabinas”, “Villa se Rinde”, “Se Acaba la Revolución”, por lo cual la omisión de la importancia en los libros de historia, reconoció que considera es por desconocimiento, al ser un hecho que contrata con la imagen del Villa guerrero, del Villa triunfador, del Villa que siempre ganaba todas la batallas, como que no lo quieren resaltar.

Pero al recordar el 96 aniversario de la llegada de Francisco Villa a Sabinas un 26 de julio de 1920, después de un arduo recorrido de 460 kilómetros que inició en la Sierra de Encinillas, Chihuahua, acompañado de 400 hombres que atravesaron el desierto de Coahuila, con el propósito de firmar un tratado de paz, conocidos como los “Acuerdos de Sabinas”.

Llegó a las 5 de la mañana por la calle El Álamo, hoy la Calle 5 de Mayo, atravesó el río, siguió por el callejón Del Carmen, amaneciendo los sabinenses asustados ya que Villa llegó con su gente a todo galope, disparando y gritando a todo pulmón ¡Viva Villa!, en un tiempo en que los ciudadanos dormían afuera de sus casas, en patrios y azoteas para tratar de mitigar el calor de la canícula.

A Villa le antecedía una mala fama, ya que en Diciembre de 1919 atacó e hizo graves destrozos, hurtos, muertes en Melchor Múzquiz, por lo que con justa razón los sabinenses temían y por eso se escondieron, escondieron a sus mujeres y pertenencias. Villa sabe que hay un cuartel en la hoy Colonia Sarabia, y solicita que entreguen las armas, recibiendo como respuesta por el capitán en turno que: “Ni las armas ni los pueblos se entregan” por lo cual Villa ataca el cuartel mata a tres soldados, hiere a otros dos y se apodera de la plaza, del ferrocarril, del telégrafo y se instala en la Casa Lamar, hoy el museo que lleva su nombre.

Al no existir en ese entonces una calle posterior a la vía del ferrocarril después de la calle Emilio Carranza, siendo los patios del ferrocarril, empezando a negociar con el entonces presidente Adolfo de la Huerta, que era el presidente sustituto después del asesinato de Don Venustiano Carranza.

De la Huerta comisiona al General Eugenio Martínez para hacer los tratados, por lo que después de estar aquí Villa y demostrar a los sabinenses que venía en son de paz, se le acercan y hasta el momento algunas familias guardan todavía la fotografía con aquella figura nacional, de la cual era el más importante, debido a la fama que tenía al permitir camarógrafos con él, como sucedió en el ataque a Columbus, Nuevo México.

Los tratados de Sabinas se firman el 28 de julio, donde se compromete Villa a no levantarse en armas contra el gobierno federal y deponer sus armas a cambio de la entrega de una hacienda en Durango, “El Canutillo”, teniendo el beneficio de contar con 50 hombres para su escolta personal, el gobierno la paga a todos sus hombres un año de haberes, les reconoce el grado militar a los que quisieran seguir.


Pero el hecho más importante es que Sabina quedó en la historia como la ciudad donde se puso fin a la Revolución con la firma del Armisticio y adquiere el mote de “Sabinas Cuna de la Paz de la Revolución”.

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